Exposición en la que participamos siete mujeres para conmemorar “nuestro día”.
Mi trabajo es multidisciplinar: dibujo, pintura, cerámica, escultura, grabado, fotografía, instalación, vídeo, etc. Siempre me ha interesado experimentar con técnicas y soportes, porque aportan su propia naturaleza plástica y añaden connotaciones. En las instalaciones, valoro las conexiones que se generan entre los distintos elementos: transparencias, superposiciones, puntos de vista, reflejos… que son los que conforman realmente el discurso poético.
Suelo tratar el tema de “Las relaciones personales”, donde el “Amor”, como concepto global y de misterio las va entretejiendo, y utilizo la Naturaleza como si fuera un médium, un elemento conductor, donde se engarzan y dialogan las ideas, sentimientos, dudas…
En general, mi obra se centra en las situaciones del ser humano, y los vestidos una vez más, son símbolos de rituales; el vestido que llevé en mi boda y el del bautizo, son claves en esta exposición – instalación, que considero una “nave mística” delimitada por un “Bosque de Memoria y de Luz”.
Las prendas de vestir están impregnadas física y conceptualmente del ese contacto que una vez tuvieron con mi piel …l” No hay nada más profundo que la piel”, diría Paul Valéry. Con ellos quiero homenajear a la poeta Alfonsina Storni, claro ejemplo de mujer luchadora, que vivió la discriminación y abuso en un mundo donde dominan los hombres.
Muchas veces escuché su canción “Alfonsina y el mar” cantada por Mercedes Sosa.
Hacía tiempo que me habían interesado las bellas piezas que conforman la cabeza de las merluzas y comencé a cocerlas enteras y con cuidado, después de separarlas de su carne sabrosa, las limpio, seco y guardo. Para esta exposición, quise que las partes de esas cabezas que habían navegado por la mar profunda, sostuvieran la cola de mi vestido – del de Alfonsina…
Son “Naves” metafóricas que conducen a los sueños.
Experiencias que perduran.
Estaba a punto de amanecer en mi casa del pueblo; al entrar en la cocina y encender la luz, una golondrina se despertó. Revoloteaba nerviosa y se golpeaba contra todo porque no encontraba la salida, ya que la abertura de la chimenea, por donde entraba y salía, aún estaba muy oscura. Por
fin, pude cogerla y sentir su corazón que latía agitado; quise inmortalizar ese momento y mientras Jose la sujetaba, le tomé una foto; después, ella voló libre por la ventana. ¡Ya había amanecido! Aquella pequeña criatura, primero desorientada por no ver la salida y después presa entre las manos, me recordó que, cuando yo era niña y estaba en esa misma cocina castellana las golondrinas volaban, y yo, también soñaba poder hacerlo. Posiblemente de ese sueño hayan surgido las múltiples “naves” que habitan mi trabajo artístico.
La golondrina ha sido mi talismán y mi guía en los caminos del arte: resurgió en un dibujo automático mientras experimentaba con litografía en 1994 y se fue transformando, hibridándose con otras técnicas y soportes: aguafuerte, serigrafía, collage, fotografía, etc.
La exposición “Ahí en el vuelo” es como una gran “Gabarra” donde cohabitan algunas de esas “Naves” dentro de un bosque, construido con: superposiciones, reflejos, huellas y transparencias que van desgranando códigos, como equipaje que va deslizándose dentro del río que es la vida
Ángel Asensio, anterior director del Teatro Barakaldo, donde también expuse parte de este bosque,
lo definió como “Un inmenso ejercicio de escritura natural de impregnación física de materias y
formas de gran belleza que se nos escapan por la velocidad a la que nos movemos. Propuesta
envolvente, imposible de eludir. Y no trato de halagar tu oído sino de reconocer la potencia creativa
de tus variadas propuestas dentro del mismo lenguaje. Visto tu bosque tendrá que venir Ibarrola a
sorprenderse”
Construí mi “nave” en el bosque; la fui tejiendo con hilo blanco que sujetaba entre las ramas de un pequeño avellano. Comencé en otoño de 2019 y seguí interviniendo en ella hasta otoño de 2020.
Cada vez que la visitaba intervenía en ella y tomaba fotografías y vídeos del proceso. Las tres fotografías que presento, recogen momentos significativos de ese ciclo vital a modo de viaje metafórico.
Tres momentos. Chromaluxe (60 x 34 cm cada una)