He tomado este poema de Borges, porque abre un campo que está implícito levemente en SOMBRAS VESTIDAS DE LUNA.
Los espejos, generan una serie de interconexiones entre los distintos elementos, y es a través de ellos donde se conforma la propia obra; en la mirada, durante el recorrido.
Un gran tronco de sauco arrancado con sus raíces “Chrónos desnudo” está suspendido del techo; bajo él, un espejo circular muestra otra parte de su bella desnudez.
En el centro, “Astarté”, la Diosa del Amor vestida con telas blancas, abraza en su “laberinto” a la columna, uniendo así lo sagrado y lo terreno.
Sobre la pared, un espejo no rígido vigila el lugar, y a su lado, “El nido vacío” lo custodia y guarda. Junto a él “Arpa para mil dedos” que alude a la música inconcreta y libre.
“La sombra del beso”, la conforman dos partes: una es una instalación colocada en el suelo, formada por dos troncos de vid cubiertos de pan de oro, sobre un “lecho” de carborumdun, y la otra, colocada sobre la pared está creada a partir de las Huellas-Sombras de esos troncos, remarcadas sobre lienzo y cubiertas con pan de oro y óleo azul, sobre fondo de carborumdun.
En “Sombras vestidas de Luna” se entretejen una serie de nudos-espejo, como juegos ópticos que se engarzan; como si se mirase desde el agujero de una puerta, y el “voyeur” al reconocerse en esa mirada accede a la “charnela”, abertura y metáfora hecha de levedad y de misterio, de reflejos, mitos, sombras y apariencias que es la Luna, que es la Poesía, que es el Amor, que es el Arte.
Mientras, “Astarté”, la Diosa del Amor, danza al ritmo del “Arpa para mil dedos”,
ante “Chrónos desnudo”, entre “Abrazos infinitos” de Sombras de Besos…,
…. mientras … “El nido vacío” vigila, custodia y guarda su secreto…